El té en Turquía: tradición y cultura

En Turquía, el té forma parte de la cultura del país, de sus hábitos más arraigados; en Estambul, está ligado a la imagen de la ciudad.

El té en Turquía: tradición y cultura

En Turquía, punto de encuentro entre Europa y Asia, los contrastes son comunes: lo exótico y moderno se dan la mano, y la tradición y la vanguardia coexisten. Quizás por eso, su bebida más emblemática, el té turco, ha sabido resistir el paso de los años y reinventarse como bebida tradicional que se erige, hoy en día, en emblema cultural y uno de los símbolos de la maravillosa Estambul. El té forma parte de la cultura del país, de sus hábitos más arraigados; en Estambul, está ligado a la imagen de la ciudad. Y es que, de entre todos los tés que podemos encontrar, el de Turquía bien merece una tarde frente al Cuerno de Oro.

  1. Imágenes para el recuerdo con el té como protagonista
  2. El origen del té turco
  3. Forma de preparar el té en Turquía

1. Imágenes para el recuerdo con el té como protagonista

El uso de las redes sociales, entre ellas Instagram, han perpetuado imágenes icónicas que se apuntalan en el ideario colectivo. Las de la Mezquita Azul, el Bósforo o el Cuerno de Oro presididas en primer plano por un bonito vaso de cristal, en forma de tulipán y sobre un plato de porcelana o metal, con un té turco de rojo intenso aún por saborear o a medio tomar forman parte ya de nuestra memoria.

Y es que, podríamos decir que el té, en Turquía en general y en Estambul en particular, forma parte de su basto patrimonio cultural.

Quien pasea por las animadas calles de las grandes ciudades turcas o pueblos por vez primera, sabe que terminará una agotadora y emocionante jornada presa de esta maravillosa bebida, con la cual, el atardecer se ve de otra manera.

2. El origen del té turco

El té (denominado çay, en turco), es sinónimo de hospitalidad y de encuentros animados y distendidos en torno a la mesa. Siempre ha sido así. A diferencia del té chino, por ejemplo, su consumo no viene de lejos ni cuenta con una tradición ancestral de origen terapéutico, todo lo contrario, es bastante actual.

El té comenzó a consumirse en Turquía a principios del siglo pasado y por un motivo muy prosaico, por así decirlo: la escasez de café por entonces. Hoy en día, ha desbancado a este segundo como bebida nacional.

La variedad más extendida es el té negro cultivado en el propio país. Concretamente en la costa este del Mar Negro, provincia de Rize, donde el clima es húmedo.

En esta zona de Turquía, el té se recolecta a mano, de forma cuidadosa y tradicional en maravillosos en elevadas cumbres y extensos campos de té negro a orillas del mar. Sin duda, una experiencia visual y sensorial digna de experimentar. 

De hecho, en Rize, rodeada por cultivos verdes, los habitantes dedican los jardines de sus propias casas a la planta del té.

El sabor del té turco es fuerte, muy consistente, y peculiar, aunque se puede diluir. Y en el país lo toman muy caliente y bien azucarado, con uno o dos terrones.

Hoy en día, Turquía es responsable de más del 6 % de la producción total mundial de té y lidera el ranking mundial en consumo per cápita (2,1 kg por persona).

3. Forma de preparar el té en Turquía

El té en Turquía precisa de un accesorio especial y singular del país para su preparación. Se trata de la tetera tradicional turca, una especie de tetera doble con dos alturas gracias a la cual puede obtenerse un té más o menos fuerte y evitar que se queme.

El proceso es el siguiente:

Hay que llenar la parte inferior de la tetera de agua. En la superior, depositamos las hojas de té. Después, se pone a calentar la tetera al fuego. Tenemos que esperar a que el agua rompa a hervir y, entonces, verter el agua en la parte superior, es decir, pasarla de la tetera de abajo a la de arriba, donde se encuentra el té.

La parte de abajo se llena de nuevo de agua y se pone otra vez al fuego, cuando vuelva a hervir, será la hora de servir en el vaso. Hacerlo tiene un miga, pues ha de echarse un tercio aproximadamente de la mezcla que permanece en la parte superior de la tetera por dos del agua hirviendo que alberga la de abajo. Para suavizar, se vierte más agua que té infusionado, obteniendo así un denominado té ligero, en vez de oscuro.

Para que las hojas de té no pasen al vaso, estas teteras incorporan en la parte superior un pequeño filtro.

Si no se dispone de una tetera tradicional o çaydanlık para preparar la bebida, puede seguirse este mismo proceso con dos teteras al uso.

Hay que señalar que el té turco tradicional y preferido por los habitantes y oriundos del país es el té negro que plantan y recolectan en sus tierras, sin embargo, en los últimos años se ha popularizado el denominado té de frutas como, por ejemplo, el de manzana, el de granada o el de limón, que se comercializa, normalmente, en polvo para ser diluido directamente en agua o en trozos de fruta secos y sueltos para llevar a ebullición.

Los amantes del té turco se detractan a menudo de estas últimas variedades, las cuales, aseguran, constituyen un reclamo para los turistas, a pesar de no ser consumidas por los turcos.  

Sea como sea, merece la pena tomar una taza de esta infusión tan peculiar, eso sí, siempre y cuando hayamos degustado un verdadero té turco tradicional, puro y repleto de ese aroma y sabor tan inconfundible.

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