Cómo se hace el flan de café

Si no sabes cómo se hace el flan de café pero lo has probado y te encanta, quédate con nosotros, te explicamos cómo abordar un postre sencillo y delicioso.

Cómo se hace el flan de café, paso a paso

El flan de café es uno de esos postres con los que siempre se acierta. Ligero, aromático, perfecto en cualquier época del año…, ofrecerlo es apostar por un dulce de éxito. Y más importante aún, es tremendamente sencillo de preparar. ¿Cómo se hace el flan de café? Si aún no lo sabes, toma nota, te damos algunas alternativas muy fáciles en su elaboración y que no demandan ingredientes exóticos o difíciles de conseguir. El único requisito imprescindible es contar con un buen café.

  1. Pasión por los postres con café: del tiramisú al flan con café
  2. Ventajas de preparar un flan con café
  3. Ingredientes necesarios para hacer flan de café
    3.1. El café ideal para nuestro flan
    3.2. Más ingredientes para tu flan
  4. Modo de preparación del flan con café
  5. Cómo servir el flan de café

1. Pasión por los postres con café:
del tiramisú al flan con café

Los postres con café son éxito asegurado. Y no importa que el conjunto de comensales no sea un aficionado a esta magnífica bebida. Las tartas, cremas, helados, granizados, mousses, puddings y por supuesto el famoso tiramisú gustan de por sí. El secreto reside en los magníficos resultados que ofrece la combinación de un buen café con ingredientes como el chocolate, el azúcar o la nata, pero también a que suelen ser postres de un intenso sabor inconfundible. Por supuesto, el flan con café se sitúa a la cabeza de la magnífica lista de postres que podemos realizar con esta maravillosa bebida.

2. Ventajas de preparar un flan con café

El flan con café atesora innumerables ventajas desde el punto de vista de quien lo cocina.

El modo de preparación resulta muy sencillo, lo veremos a continuación, y lleva poco más de media hora. Pero no solo eso, también es eminentemente práctico cuando uno tiene que optimizar el tiempo para preparar una suculenta comida o recibir invitados en casa.

De hecho, el flan con café puede hacerse el día antes y conservar en la nevera. Bien tapado, mantendrá intactas todas sus propiedades.

Otra ventaja es que admite cualquier hora del día, es decir, que puede degustarse tras una comida pero también como merienda o después de cenar, pues resulta muy ligero.

Esta última peculiaridad nos lleva a otra de sus ventajas: el flan de café resulta idóneo para quienes siguen una dieta de adelgazamiento o simplemente no quieren pecar en exceso de calorías o azúcares, pues este postre resulta muy ligero.

También para quienes desean aprovechar los beneficios del café, una bebida que adolece de carbohidratos o grasas saturadas, y que es rico en magnesio, potasio o polifenoles (antioxidantes).

3. Ingredientes necesarios para hacer flan de café

Como hemos señalado anteriormente, el flan de café no precisa de ingredientes exóticos pero si de un imprescindible: un excepcional café, al menos si queremos que el flan sea perfecto.

3.1. El café ideal para nuestro flan

¿Cómo ha de ser este café? Puesto que estamos abordando un postre dulce, el café que empleemos debería serlo también, es decir, que no peque de amargor o de acidez. Y mejor si evoca toques florales o frutales. En este sentido, un café de tueste natural y la variedad arábica es ideal.

De hecho, encontramos el mercado excepcionales tipos muy recomendables para nuestra receta como el Montecarmela de Cafés Foronda o el Blend Tueste Natural. Este último aún más equilibrado, con el punto de acidez más sutil y perfecto para combinar con leche u otros ingredientes.

Si queremos apostar por una acidez prácticamente nula y cierto carácter para conseguir un flan con mayor cuerpo y un toque de amargor, te recomendamos alguna de las variedades de café mezcla.

El flan de café también admite el descafeinado.

Por cierto, para nuestra receta, de café tan solo necesitaremos 200 ml para una ración de cuatro personas o cuatro flanes pequeños individuales.

3.2. Más ingredientes para tu flan

¿Qué más vamos a necesitar? Si queremos una receta sencilla con la que preparar un flan casero básico, deberemos añadir a nuestra lista de ingredientes lo siguiente:

  • Dos huevos.
  • 50 g de azúcar (blanco o moreno).
  • 25 ml de leche (entera).
  • Caramelo líquido (suficiente para cubrir el fondo del molde).

Ahora bien, el flan de café es un postre que admite multitud de variantes en función de los ingredientes que empleemos, de la textura final que queramos conseguir o del sabor que deseemos.

Así, podemos encontrar algunas recetas que añaden leche condensada como sustituta del azúcar, chocolate o piel de una naranja. Incluso existe la versión sin huevo que incluye nata y gelatina. Sin embargo, en esta ocasión, vamos a decantarnos por la versión más sencilla y, también, la más sana.

4. Modo de preparación del flan con café

Si vas a recibir a varios comensales en casa, lo mejor es que prepares flaneras individuales, es una forma sencilla de servir tu postre con una impecable puesta en escena.

Para ello, has de cubrir la base y empapar los laterales con caramelo líquido (este puede ser comprado o hecho en casa) sin pasarse, solo el punto justo para que recubra la superficie someramente.

Después, prepara los 200 ml de café necesarios en tu cafetera. Si tienes una del tipo automática o eléctrica, te será mucho más sencillo hacerlo, pues podrás hacer de una sola vez todo el café que necesitas y, además, conseguir un sabor y aroma perfectos.

Mientras se prepara el café, puedes batir los huevos.

Una vez obtenido el primero, echa el azúcar y remueve bien, añade a continuación la leche a temperatura ambiente y, después, vierte los huevos y mezcla.

Es hora de repartir el flan en las cuatro flaneras que habías preparado con el caramelo líquido. Una vez repletas, colócalas en el horno a 180 ºC en modo ventilador con calor arriba y abajo.

¡Importante! Debemos optar por un modelo mixto entre horno y baño maría, lo que se denomina hornear al baño maría, introduciendo los moldes en una fuente con agua hasta aproximadamente la mitad de estos y, la fuente, en el horno.

Ahora, espera 30 minutos y comprueba si están bien hechos, para ello, introduce un palo de madera en uno de ellos, si sale limpio, no necesitas más. De lo contrario, puedes aumentar el tiempo de cocción en 10 minutos más.

Una vez transcurrido el tiempo de cocción, debes retirarlos y dejar enfriar, primero a temperatura ambiente y después dentro de la nevera durante un mínimo de cinco horas.

5. Cómo servir el flan de café

Hay muchas formas de servir el flan de café una vez desmoldado en el plato.

Puede acompañarse con un poco de nata montada en un lateral y, sobre esta, trocitos de frutos secos. Unas hojas de menta y un par de granos de café sobre el propio flan pondrán el broche de oro a tu gran postre.

También puedes rayar encima un poco de piel de naranja, chocolate, colocar una guinda o incorporar un par de barquillos en un lateral. Tú decides.

¿Deseas hacer tu flan de café pero te faltan ingredientes? Si necesitas el más importante, prueba uno de nuestros Cafés Foronda. Encuéntranos en el teléfono 945 136 964, en info@cafesforonda.com o adquiere tu café para cafetera automática en nuestra tienda online.

Cómo hacer el auténtico té moruno

El té moruno, típico de Marruecos, es una auténtica delicia. Sin embargo, hacerlo de manera correcta requiere destreza y ciertos conocimientos. Toma nota.

Cómo hacer el auténtico té moruno paso a paso

El té moruno es conocido mundialmente. De sabor intenso y muy peculiar, beberlo nos traslada directamente a una concurrida plaza aromática o al amanecer entre las dunas. Sin embargo, prepararlo no es sencillo, hay que conocer muy bien el proceso y seguirlo paso a paso. Sigue leyendo y conoce los secretos de cómo preparar uno de los tés e infusiones con mayor tradición y más apreciados del momento.

  1. Té moruno: los orígenes del rito
  2. Una experiencia evocadora en tu salón
    • Modo de preparación del té marroquí
    • Cómo servirlo: el quid de la cuestión

1. Té moruno: los orígenes del rito

Beber té moruno es en Marruecos más que una práctica habitual o una rutina popular, ya sea en el campo o en la ciudad, en la costa o en el interior, constituye todo un ritual enormemente arraigado en la cultura de este país que, lejos de olvidarse, se perpetúa y extiende.

Hay que señalar, sin embargo, que el té moruno no siempre ha sido como hoy lo conocemos. De hecho, en Marruecos se consumía un té mucho más fuerte, de menta o ajenjo, hasta que en XIX los ingleses decidieron habilitar una ruta comercial por el norte de África para sus tés orientales, lo que cambiaría para siempre el consumo de té en el país marroquí.

Ciudades como la preciosa Essaouira (antigua Mogador), situada en la costa atlántica de Marruecos, o Tánger se convirtieron en el epicentro de este punto de inflexión en la costumbre del país.

El té verde con menta o hierbabuena ha sido desde entonces indisoluble a la costumbre marroquí, una costumbre, la de beber té, que nos acompaña a lo largo de todo el día, que es sinónimo de cortesía al dar la bienvenida y que ha sumado tantos adeptos que muchos lo llaman el whisky de Marruecos.

2. Una experiencia evocadora en tu salón

Compartir en tu hogar un pedacito del espíritu y cultura de Marruecos no es complicado, pero sí deben seguirse ciertas pautas para lograr el resultado idóneo, ese que nos traslada directamente al país vecino.

Cierto es que existen multitud de variedades de té moruno, siendo algunas muy populares, como la de Túnez, el que preparan los bereberes o aquel de las comunidades asentadas en el Sahara; sin embargo, en esta ocasión, te contaremos cómo preparar la fórmula más común en todo el país.

a. Modo de preparación del té marroquí

Elaborar té moruno es todo un arte que exige de un escrupuloso ritual.

Lo primero, obviamente, es adquirir un té moruno de verdad, es decir, uno que sea puro, de gran calidad y tradicional. Te recomendamos el té verde de la variedad Gunpowder, con hierbabuena y aroma natural, perfecto para cuando no disponemos o no podemos adquirir hierbabuena fresca en el momento.

Lo segundo es acopiar un litro de agua, seis cucharadas de azúcar blanco y, si se puede, hierbabuena fresca.

Ahora, comienza el proceso de preparación:

Añade una cucharadita de té por persona más una a la tetera. Después, medio litro de agua hirviendo, esperas medio minuto y retiras el agua. De esta forma, has lavado el té para quitarle amargor. Ahora, añade el medio litro de agua hirviendo restante, el azúcar y dejas que infusione un par de minutos, no más. Si al probarlo no resulta lo suficiente amargo (si es que te gusta con un sabor más fuerte e intenso), puedes poner la tetera de nuevo al fuego y llevarla a ebullición.

Ahora, toca escanciar el té, que se vierte sobre un vaso y de nuevo a la tetera en varias ocasiones para oxigenarlo y potenciar su sabor. Pruébalo de nuevo y corrige con azúcar si hace falta.

Todo este proceso puede llevarse a cabo en la cocina para sacar a tus invitados el té ya listo o puede llevarse a cabo delante de ellos, una tradición muy común en los hogares marroquíes.

b. Cómo servirlo: el quid de la cuestión

El té se sirve desde cierta altura, escanciándolo sobre el vaso para obtener esas populares burbujas que aparecen en la parte superior. Una vez más, potenciamos su sabor.

Hay quien añade las hojas frescas de hierbabuena en la tetera, justo antes de dejar que la mezcla infusiones, y quién las reserva en el interior de los vasos, de manera individual.

Para servir, mejor en vasos de cristal pequeños y alargados. Si además puedes disponerlos sobre una bonita bandeja de metal y acompañar el té de unos dulces de piñones, almendras y miel…, habrás preparado un té moruno como manda la tradición y, seguramente, excepcional.

El té de Marruecos se toma siempre caliente, no importa la temperatura ni la estación del año, de hecho, muy caliente, y es un té muy azucarado y evolutivo en sabor, es decir, va cambiando a medida que pasan los minutos por el efecto del azúcar (que se añade a la mezcla en la tetera y no en el vaso) y por el peculiar amargor de la bebida.

De hecho, existe un dicho popular al respecto. Este señala que el té moruno ha de tomarse tres veces seguidas porque el primer vaso será amargo como la vida, el segundo, fuerte como el amor y, el tercero, dulce como la muerte. Y es que, este último es el que concentra la mayor proporción de azúcar, decantada al fondo de la tetera.

Ahora que ya sabes preparar un té moruno en condiciones, ¿te atreves? Seguro que sí. Adquiere tu té de Marruecos en la página web de Cafés Foronda, encontrarás té verde moruno a granel en pack de 100 gr o el pirámides individuales de 20 unidades. Si tienes alguna duda al respecto, puedes planteárnosla en el teléfono 945 136 964 o a través del correo electrónico info@cafesforonda.com. Te atenderemos encantados.